Se iba acercando la fecha del Carnaval.
Para ello, deberíamos elegir dos disfraces diferentes como cada año, y una vez más no nos poníamos de acuerdo (no me sorprende, creo que esto pasa siempre en todos los grupos). Por fin, elegimos los disfraces correspondientes y nos pusimos mano a la obra buscando todo aquello que necesitábamos.
Llegó el día, el sábado 25 y con ello, el reencuentro de todas nosotras. No lo podía imaginar igual, lleno de besos, abrazos, sorpresas... y no podía ser menos, que cenar todas juntas. Con excusa de la cena, pudimos hacer una fiesta sorpresa, llena de globos, a una de nuestras amigas que cumplía años días después. Su cara al descubrirlo lo decía todo, llena de emoción, alegría y entusiasmo ¡la sorprendimos en toda regla!
Después de la cena, nos vestimos de Lara Croft, el traje que habíamos elegido para el sábado por la noche, estuvimos tomando algo y más tarde, salimos a la discoteca del pueblo. Como cada noche que salimos todas juntas, nos lo pasamos genial. Fue una noche llena de buen ambiente, bailes, fotos, disfraces preciosos... ¿Para qué pedir más?
Al día siguiente, nos disfrazamos de ranas, con "tutús", pajarita... me encantaba. Este día hubo un desfile de todas aquellas personas que se habían disfrazado y, por supuesto, era un día para comer fuera con todos los amigos. Por la tarde, hubo capeas en la plaza, estaba todo repleto de gente por todos lados. En la capea, nosotras estábamos abajo, como valientes, eso sí, sin separarnos de los barrotes más de un metro, ¡que digo yo un metro... 70 centímetros!
Una de las anécdotas que recuerdo, fue que una amiga salió al centro de la plaza, llena de miedo, sólo había que ver su cara de temor, y no te creas que estaba en silencio, no... vaya gritos daba.
Al finalizar la capea, fuimos a un bar de copas, en el que estuvimos bailando hasta la hora de irnos.
Y el día llegó a su fin, y con ello, terminaron los Carnavales. El fin de la fiesta venía unido a las despedidas, una vez más.
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